“Sus mejillas son como la
flor del granado y sus labios jarabe de granadas de su pecho de plata brotan
dos granadas”
Antiguo poema persa.
S X a. C.
“Tus labios como hilo de
grana,
Y tu habla hermosa;
Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.”
Cantar de los cantares de Salomón (Capítulo 4)
“Tus renuevos son paraíso de
granados, con frutos suaves,
De flores de alheña y nardos;
Nardo y azafrán, caña aromática y canela,
Con todos los árboles de incienso;
Mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas”
Cantar de los cantares de
Salomón (Capítulo 4)
“Como cachos de granada son tus mejillas
Detrás de tu velo”
Cantar de los cantares de
Salomón (Capítulo 6)
“Al huerto de los nogales descendí
A ver los frutos del valle,
Y para ver si brotaban las vides,
Si florecían los granados”
Cantar de los cantares de
Salomón (Capítulo 6)
“Levantémonos de mañana a las viñas;
Veamos si brotan las vides, si están en cierne,
Si han florecido los granados;
Allí te daré mis amores.“
Cantar de los cantares de
Salomón (Capítulo 7)
“Tú me enseñarías,
Y yo te haría beber vino
Adobado del mosto de mis granadas.“
Cantar de los cantares de
Salomón (Capítulo 8)
S VII a.C
“Hija, ¿no habrás acaso
tomado algún manjar mientras estabas abajo? Dímelo, no lo ocultes, para que
ambas lo sepamos. […] si hubieras comido, yéndote de nuevo a las profundidades
de la tierra, habitarás allí la tercera parte de cada año, y las otras dos junto
a mí y los demás mortales. […] A su vez, le respondió la hermosísima Perséfone:
Pues bien, madre, te lo contaré todo sin engaño […] hades me trajo a escondidas
unos granos de la granada, manjar dulce como la miel, y a pesar mío, por la
fuerza, me obligó a comerlos.”
Homero, obra Himno homérico
II, diálogo entre Perséfone y Deméter, tras el rapto de Hades.
“Yo te llevaría a la casa de
mi madre, te haría entrar en ella, y tú me enseñarías...Te daría de beber, vino
aromatizado y el jugo de mis granadas.”
Cántico de los cánticos de
la Biblia
S IX
¿No da gusto ver esa pasta fina, ligera, dorada y rellena de almendra, azúcar y granada, esa pasta de katayefs sublimes que hay en ese plato?
Obra Las Mil y una noches (32ª noche)
1597
JULIETA: ¿Te vas ya? Aún no
es de día. Ha sido el ruiseñor y no la alondra el que ha traspasado tu oído
medroso. Canta por la noche en aquel granado. Créeme, amor mío; ha sido el
ruiseñor.”
William Shakespeare, obra The
Most Excellent and Lamentable Tragedie of Romeo and Juliet, Acto III, escena V.
1906
Les magrandes flamejants
(Els fruits saborosos).
És nit; sola i plorosa diu
la muller d’Alcides:–Oh Hera, gran deessa, atén-me, cor a cor,abans que a Zeus
recaptin tes flaires exquisidesi el seu esguard et volti de rierades d’or.
Car t’és plaent de veure, en les suaus brandades,com tremen, com es lliuren els
cossos matronals,i que les veus s’apaguin, de tan enamorades,i s’ompli de
victòries el tàlem deIs mortals.
I sola presideixes, del cim de la claror,l’aürt de les mirades en lluita prest
encesa,i ara t’arbores, ara t’ajeus en la peresaal cobri de la roda de neu del
teu pagó.
Allunya’m, protectora, les hores malastrugues:ma veu i mes petjades sols troben
solitud,i la mateixa llàntia fa pobres pampalluguescom si, per enyorança, li
demanqués virtut.
Aquelles nits enyoro d’enfosquiment tan clar,quan queien flors deIs arbres que
el ventijol despara,quan ell la cara meva prenia vers sa carai el braç me’n
queia, sense la força d’anusar.
Encén el bell furor, oh Hera, amb ta mirada;que sigui aquest silenci batut per
so rabent.La vella porta espera la seva revolada;mon cos demana els besos que
ajupen com el vent.
Alcides, en collir-me, dels braços meus diguéque eren una garlanda, tota
florida.Oh Hera, en sa tornada l’estrenyeria béi fóra ma garlanda potent com
una brida.
I despullant, de dia, les hores i els jardins,en premi de les teves volences
sobiranes,tos temples ornaria de flamejants magranesque, ben ferides, llancen un
xàfec de robins.
Josep Carner, poeta novecentista catalán, hace referencia a la granada en su
poema. Durante todo el poema se hace referencia a Hera (diosa griega del hogar
y del matrimonio), pues ésta frecuentemente aparece representada con una
granada en la mano. En la penúltima estrofa, se hace referencia al matrimonio,
ya que en la época grecolatina, las novias se decoraban la corona con flores de
granado.
1914
“¡Qué hermosa esta granada, Platero! Me la ha mandado Aguedilla, escogida de lo
mejor de su arroyo de las Monjas. Ninguna fruta me hace pensar, como ésta, en
la frescura del agua que la nutre. Estalla de salud fresca y fuerte. ¿Vamos a
comérnosla?. ¡Platero, qué grato gusto amargo y seco el de la difícil piel,
dura y agarrada como una raíz a la tierra! Ahora, el primer dulzor, aurora
hecha breve rubí, de los granos que se vienen pegados a la piel. Ahora,
Platero, el núcleo apretado, sano, completo, con sus velos finos, el exquisito
tesoro de amatista comestibles, jugosas y fuertes, como el corazón de no sé qué
reina joven. ¡Qué llena está, Platero! Ten come. ¡Qué rica! ¡Con qué fruición
se pierden los dientes en la abundante sazón alegre y roja!.
Juan Ramón Jiménez, obra
Platero y yo.
1920
Es la granada olorosa
Un cielo cristalizado.
(Cada grano es una estrella,
Cada velo es un ocaso).
Cielo seco y comprimido
Por la garra de los años
La granada es como un seno
Viejo y apergaminado
Cuyo pezón se hizo estrella
Para iluminar el campo.
Es colmena diminuta
Con panal ensangrentado,
Pues con bocas de mujeres
Sus abejas la formaron.
Por eso al estallar, ríe
Con púrpuras de mil labios…
La granada es corazón
Que late sobre el sombrado.
Un corazón desdeñoso
Donde no pican los pájaros,
Un corazón que por fuera
Es duro como el humano,
Pero da al que lo traspasa
Olor y sangre de mayo.
La granada es el tesoro
Del viejo gnomo del prado,
El que habló con niña Rosa,
En el bosque solitario.
Aquel de la blanca barba
Y del traje colorado.
Es el tesoro que aún guardan
Las verdes hojas del árbol.
Arca de piedras preciosas
En entraña de oro vago
(…)
Mas la granada es la sangre,
Sangre del cielo sagrado,
Sangre de la tierra ida
Por la hoja del regato.
Sangre del viento que viene
Del rudo monte arañado.
Sangre de la mar tranquila,
Sangre del dormido lago.
La granada es la prehistoria
De la sangre que llevamos,
La idea de sangre encerrada
En glóbulo duro y agrio,
Que tiene una vaga forma
De corazón y de cráneo.
¡Oh, granada abierta! Que eres
una llama sobre el árbol,
hermana en carne de Venus,
risa del huerto oreado.
Te cercan las mariposas
creyéndote sol parado,
y por miedo de quemarse
huyen de ti los gusanos.
Porque eres luz de la vida,
hembra de las frutas. Claro
lucero de la floresta
del arroyo enamorado.
¡Quién fuera como tú, fruta,
Todo pasión sobre el campo!
Federico García Lorca (1898 -1936);
poeta y dramaturgo
1973
Oda a la alcachofa
La alcachofa de tierno
corazón se vistió de guerrero, erecta,
construyó una pequeña
cúpula,
se
mantuvo impermeable bajo sus escamas,
a su lado los vegetales
locos se encresparon,
se hicieron zarcillos,
espadañas, bulbos conmovedores,
en el subsuelo durmió
la zanahoria de bigotes rojos,
la viña resecó los
sarmientos por donde sube el vino,
la col se dedicó a
probarse faldas,
el orégano a perfumar
el mundo y la dulce alcachofa allí en el huerto,
vestida de
guerrero, bruñida como una granada, orgullosa,
y un día una con
otra en grandes cestos de mimbre,
camino por el
mercado a realizar su sueño: La milicia.
En hileras nunca fue
tan marcial como en la feria,
los hombres entre las
legumbres con sus camisas blancas eran mariscales de las
alcachofas,
las filas
apretadas, las voces de comando,
y la detonación de una
caja que cae,
pero entonces viene María con
su cesto escoge una alcachofa,
no le teme, la
examina, la observa contra la luz como si fuera un huevo,
la compra, la
confunde en su bolsa con un par de zapatos
con un repollo y
una botella de vinagre hasta que entrando a la
cocina la sumerge en la olla.
Así termina en
paz esta carrera del vegetal armado que se llama alcachofa
luego escama por
escama desvestimos la delicia y comemos la pacífica
pasta de su corazón verde.
2004
“Ese beso que a tiempo me
pediste temblando esta noche en mis labios es granada en sazón”
Gertrudis Peñuela (1904 -
2004); poetisa, periodista y diplomática colombiana.